lunes, 12 de agosto de 2013

LA MADUREZ ES UN CRECIMIENTO INTERIOR



 





Hay una gran diferencia entre madurar y envejecer, una enorme diferencia, y la gente siempre se equivoca.

Creen que envejecer es madurar, pero el envejecimiento pertenece al cuerpo.

Todo el mundo envejece, todo el mundo se vuelve viejo, pero no necesariamente maduro.

La madurez es un crecimiento interior.

El envejecimiento no es algo que tú haces, sino algo que sucede físicamente.

Con el tiempo, cada niño que nace se hará viejo.

La madurez es algo que tú aportas a la vida, surge de la consciencia.

Cuando una persona envejece de una forma plenamente consciente, se vuelve madura.

Hay dos maneras de experimentar una cosa.

La primera, vivir en un sueño profundo, envejecer, hacerse viejo, ir muriendo poco a poco, y nada más.

Puedes experimentarlo como si estuvieses hipnotizado, inconsciente, sin prestar atención a lo que está sucediendo;
sucede algo pero tú no estás ahí.

No sucede en tu presencia, estás ausente.

Has pasado de largo, no te ha tocado.

No te ha dejado huella, no has aprendido nada de ello.

Se puede haber convertido en parte de tu memoria porque, de algún modo, estabas presente, pero no se ha vuelto parte de tu sabiduría.

No has crecido a consecuencia de esta experiencia.

Entonces, estás envejeciendo.

Toda tu vida consiste en una dilatada muerte lenta.

Pero si le añades a una experiencia la virtud de la consciencia, la misma experiencia se convertirá en madurez.

Si añades consciencia a tus experiencias (a todo lo que hagas, a todo lo que te suceda), estarás alerta, despierto, atento;
estarás saboreando la experiencia por los cuatro costados, estarás intentando comprender su significado, estarás intentado llegar hasta el fondo de lo que te ha sucedido, estarás intentando vivirlo intensa y totalmente;
entonces, no es un fenómeno meramente superficial.

En el fondo de tu ser hay algo que está cambiando con esta experiencia.

Te estás volviendo más atento.

Si vives con consciencia maduras;
si no, simplemente te haces viejo.

Y hacerse viejo no es volverse sabio.

Envejecimiento más consciencia, experiencia más consciencia, es madurez.
 
 
OSHO
 
 
 

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La vida es muy
sencilla.

Hasta los árboles la
están viviendo; debe de ser sencilla.

No puede ser muy complicada; incluso las aves, las rocas y
los ríos la están viviendo.

¿Por
qué se ha vuelto tan complicada para el hombre?

Porque el hombre puede teorizar sobre
ella.

Para estar en el centro
de la vida, en su intensidad y pasión, deberéis desprenderos de toda filosofía
sobre la vida.

De lo contrario,
permane­ceréis oscurecidos en vuestras
palabras.

OSHO